Ayer falleció mi abuelo Gómez, el "tata Gómez" como le decíamos sus 8 nietos. Sé que este blog está enfocado en mi experiencia como padre pero obviamente esta está directamente relacionada por mi entorno familiar, y el tata Gómez fué una parte muy importante.
Nunca me había pasado. Es el primer abuelo que pierdo y la verdad que es algo raro. Todo el mundo me decía que debía sentirme afortunado por todo lo que lo había tenido, y sé que es cierto, pero me puse a pensar en todo lo que lo había tenido y y lo había disfrutado.
Los comentarios anteriores a mis recuerdos se remontan a cuando me quedaba con él y la mama Chela en Maldonado mientras mis viejos estudiaban para sus exámenes en Montevideo. El decía que yo era "un bocho" porque leía con dos años. Obviamente lo que yo hacía era reconocer cartles clásicos como Coca Cola, Funsa, etc. Mis primeros recuerdos se remontan al almacen "La casa del Café" que tuvo en Maldonado en 18 de Julio casi Florida (frente al Super Market). Obviamente ese lugar para mi era Disnaylandia. Aparte de las golosinas que había, yo me pasaba mis ratos sentado en las cajas de galletas comiendo galletitas, mirando para afuera. También me gustaba meter la mano en los sacos de porotos o irme a la pieza del fondo a cambiar las botellas vacías de los casilleros.
Luego se compraron una casa, que venía con una "bicicleta de regalo", y esa bicicleta era para mi!. Eso era increible en mi cabeza, pero así tuve mi primer bicicleta "de grande", una Rondinella (asiento de banana) que me obligó a aprender a andar sin rueditas. Recuerdo entre la mama y el tata que agarraban el asiento de atrás mientras yo andaba y cuando quería acordar me habían soltado... y obviamente cuando yo me daba cuenta que estaba andando solo me caía.
Esa casa (Cebollatí se llamaba) me doy cuenta que fué muy importante para mi. Al vivir yo en edificio había muchas cosas que no podía hacer, aparte de que en frente había una avenida muy importante. Cebollatí se convirtió en mi casa de expediciones, me metía al monte que había en frente y salía quien sabe donde... me perdí algún par de veces pero siempre encontré la vuelta, e incluso el tata me decía que cuando fuera al monte fuera con un perro (el Chiqui) que el iba a saber volver, y sabía.
También en esa casa, era donde nos juntábamos toda la familia. Recuerdo también ir los domingos de tarde y mirar los goles del futbol uruguayo (cuando se pasaban en el informativo) y hacer chorizos en la estufa. En su almacén, el tata venddía los mejores chorizos y morcillas dulces que he probado en mi vida.
Ya de adolescente empezamos a compartir otras cosas. A mi siempre me gustó poder manejar, y el me explicaba cosas que debía hacer cuando manejaba. Cosas que después con el tiempo me dí cuenta que tal vez no eran las mejores recomendaciones, pero yo escuchaba muy atento sus consejos. También me prestaba su auto (camionetita) para moverlo cuando había que hacer muchos movimientos de autos, por ejemplo cuando estábamos todos reunidos en su casa. También me daba "consejos" de lugares apartados donde podía ir con alguna muchacha :)
Era sin duda el mejore jugador truco. No lo recuerdo como muy mentiroso, pero se conocía el maso como si hubiese estado media hora memorizándolo. Jugar contra el era horrible porque si le gritabas y el no tenía te hacía todo el análisis en voz alta... "ahora vas a jugar el 3 y mi compañero te lo mata con el bastillo, pero para la tercera me quedó con un fío y tu compañero tiene el 7 bravo, asique no, no quiero". Yo me acuerdo que me quedaba re caliente y no entendía como a mi con mi juventud y mi cabeza mas joven no me daba para memorizarme las cartas y el se las sabía en todas las manos. Lo que tenía era que los partidos se hacían eternos porque el analizaba todas las manos. Después de cada mano era como tener un comentarista y te analizaba todas las posibilidades "si yo salía con esta, tu me tirabas con esta otra", y así con todas las posibilidades de juego, por suerte eran solo 3 cartas por mano.
Hay cosas que tenía que tal vez no son de gran orgullo, pero para mi eran graciosas porque obviamente fué criado en otra época y con otras costumbres. No era un loco muy afin con los negros o los "aberdinangus" como el les decía. Con el paso del tiempo me enteré que 'Aberdeen Angus' era una raza de toros negros. Me dió mucha gracia cuando me enteré después de años en la rural del prado. Cuando fué a Canadá a lo de mis tios, yo le pedí una camiseta de algún basketbolista de la NBA, de esas camisetas acá no había. Y el me trajo una, muy linda, pero con Larry Bird, uno de los pocos jugadores blancos en aquella época porque 'mire si iba a andar con un aberdinangus en el pecho'. Me pareció muy cómico el comentario, pero el realmente me buscó la camiseta con el rubio.
En el 2004 (Martes 13 de Abril), le dió una emiplegia y quedó sin poder hablar y con poca movilidad. Caminaba con ayuda y un brazo no podía moverlo, pero el estaba completamente conciente de lo que pasaba a su alrededor. Se hacía entender con alguna dificultad y te hacía saber cuando algo no le gustaba. Era gracioso verlo cuando alguien decía algo que para el era un bolaso o hablaba de mas, su gesto con la boca para un costado, el movimiento con los ojos y cabeza y el suspiro de risita que hacía, te hacía saber claramente lo que el pensaba al respecto.
La verdad que no pasó los últimos años de su vida como yo lo hubiese imaginado desde un principio, pero sí pasó tal cual era el, en su situación. Muy juguetón y cariñoso con Josefina, que lo rezongaba y le hacía dibujar cosas. Lo único que me deja con pena es que no haya podido conocer a Juan, porque estoy seguro que le hubiese encantado conocerlo, Juan va a ser quien siga su apellido...
Creo que la muerte es dura simepre, y nunca hay cosas que te quieten el dolor, pero pensando friamente su vida y la mia con el, solo tengo grandes recuerdos.
"Te pasaste Mazurkiewicz"