Vivi retomó las clases, y tiene una los Sábados de 9:00 a 15:00. Este Sábado pasado fué la primera clase desde el parto, por lo que Josefina y yo tuvímos que arreglárnosla solos, sin nuestro intérprete en común.
Como ya es constumbre, no se interpuso entre la fórmula1 y yo. Ese Sábado se corría la clasificación del Gran Premio de Turquía y Josefina durmió durante toda la clasificación como una campeona (punto para Josefina).
A eso de las 10:45 se despertó. Cuando uno se despierta, por lo menos a mi me pasa, le cuesta unos minutos recuperar la conciencia de que está depsierto, y como que le falta para estar con todas las luces. No a Josefina. Cuando Josefina se despierta con hambre parece que haya pasado dos días sin comer. Es algo similar a lo que le pasaba a Vivi durante el embarazo, aquella necesidad de comer YA!.
Por suerte, yo ya conociendo el paño, tenía una mema pronta en la heladera esperando a Josefina. Pero obviamente la mema demora en calentarse, y durante esos eternos 4 minutos y medio, Josefina lloraba como si la estubiesen abriendo con una motocierra. Es un llano desgarrador.
Cuando por fin tuve la mema a la temperatura ideal se la dí y quedó seca. No dormida, pero cuando queda llena queda dura, con la "pera" hacia abajo y ojos grandes... dá la sensación que va a explotar. Algo así...
Después que hizo los provechos pertinentes (nada que envidiarle a Shrek) se quedó un rato tranquila en el puf, mirando para afuera... pero no mucho rato, en seguida empezó a quedar molesta. Asique decidí cambiarla a ver si había algo en el pañal que pudiera estar molestándola. Y había... en realidad no se si a ella le molestaba, pero no pasaba desapercibido para quien abriera el pañal.
Luego de cambiada, ya bastante somnolienta, decidí ponerla en el cochecito, a mirar unos macacos que tiene colgados que le llaman la atención (de a rato), y se cuelga a mirarlos. Todavía no ha 
descubierto que si les pega hacen ruido, lo cual por ahora es mi as bajo la manga para cuando solo mirarlos deje de ser divertido.
Pero llegó un punto que ya nada le pareció divertido, lloraba en el carrito, lloraba en el puf y hasta lloraba en brazos, lo cual es un claro indicio de que hay algo que no le gusta, pero qué podía ser? estaba llena, limpia, a temperatura ideal... no tenía idea de qué era lo que le podía estar molestando... y de golpe, se me prendió la lamparita! "claro, debe estar extrañando a la madre"... pero como soluciono esto?
A todo esto eran las 12 y pico y a Vivi la iban a dejar salir 13:30... una hora y media de tortura mutua?, porque estoy seguro que para ella yo la estaba torturando en ese momento. Hasta que en una, recordando la teoría aprendida en alguna clase de parto sobre el reconocimiento de los bebés de su madre por el olor, se me ocurrió la brillante idea de envolverla en algo con olor a Vivi a ver que pasaba... y que creen que pasó? pues si, se calmó. Mientras la tenía en brazos le pasé por arriba la manga de un buzo con el que Vivi había andado el día anterior y como por arte de magia Josefina se calmó y se durmió como un angelito.
Asique padres primerizos (actuales o futuros) no teman hacer el ridículo, porque es algo que funciona, por lo menos funcionó con Josefina. Aparte, recordando sabias palabras "situaciones desesperadas requieren soluciones desespradas".
