jueves, 16 de agosto de 2012

Muchas nuevas

Mientras instalo Windows 8 se me ocurrió ponerme al día con mis responsabilidades como padre “bloggero”.

Lo primero que tengo que contar es obviamente la experiencia de tener un bebé varón en la casa. Parece mentira que el pito y las bolas hagan la experiencia de cambiar pañales tan distinta a la de una nena. Para empezar que es mas complicado de lavar ya que cuando la caca se pega a la piel de la bolas uno no quiere apretar mucho porque sabe lo que eso puede llegar a doler, asique termina casi siempre lavándolo en la pileta. Eso con nenas no pasa. Lo otro que no pasa con nenas es que, si bien las nenas también se pueden hacer pichí justo cuando están sin el pañal, uno no tiene esa sensación de estar siendo apuntado por un francotirador pronto para disparar. Aunque para ser francos, la cambiada mas “fea” que tuve no fué porque Juan me haya hecho pichí encima… simplemente diré que ya lo tenía acostado sin pañales y las pirnas levantadas cuando “disparó” (diarrea).

Otra cosa que vale la pena destacar es la interacción entre Josefina y Juan. Como comenté al principio, Jose nunca le dió mucha corte a Juan, y como este tampoco interactuaba fueron casi que “indeferentes” entre si. Para Jose, si Juan estaba o no era casi lo mismo. Pero eso cambió bastante a medida que Juan empezó a interactuar mas. Ya cuando empezó a reirse Jose quería hacerlo reir y la verdad que el se mataba de la risa (con cualquiera). Hoy por hoy, si Jose está en la misma habitación que Juan, este solo la mira a ella. Se mata de la risa con los juegos de Jose, y como a ella le gusta que el se ria, se pasa haciéndole macacadas, y se ríe de que el se ría y no paran, es un cículo vicioso interminable.

Aquí una muestra:

Hay otra “cosita” que no quiero entrar mucho en detalle, pero sí vale la pena compartir lo que siente uno como padre ante determinadas situaciones, completamente inimaginables antes de ser padre. Con Jose nos llevamos un cagaso importante. Nos dijeron que tenía una condición, que en realidad después no fué tan así, asique no quiero profundizar en eso. El tema es, como a uno se le cierra el mundo cuando le dicen que un hijo/a tiene un problema. Obviamente hay problemas y problemas, pero para uno como padre, cualquier cosa que le digan sobre un hijo que no se adapte a “lo normal” le mueve la estantería de una forma nunca antes imaginada. Esto que estoy haciendo es solo una reflexión. Tengo una amiga que se enteró en el parto que su hijo tenía síndrome de Down. Es muy dificil poder ponerse en el lugar, poder aconsejar o dar ánimo. Pero la esencia es la misma… es una familia que acaba de tener su primer hijo y están enloquecidos con eso, al igual que cualquier otra familia. Y al verlos, uno se dá cuenta de que a ese niño nunca le va a faltar nada, porque como me contó la madre, es un niño que necesita mucho mas amor y cuidados que otros.

Se me hizo largo el post, pero con esto último quería reflexionar sobre “los problemas”. Se acuerdan lo que eran problemas de niño? y en la adolescencia? esa sí que parecía una etapa problemática, y no con esto quiero menospreciarlos porque para mi también fueron en su momento terribles problemas. Pero que sabias las palabras de nuestros padres que en su momento ignoramos por parecernos que no nos entendían: “ya va a pasar”, o “con el tiempo vas a ver que nada es tan grave”.

Solo espero poder transmitir esa confianza a Josefina y Juan cuando estén en esa etapa, y que si bien sé que van a pensar que estoy menospreciando sus problemas, me preocuparé por hacerles saber que relmanete entiendo que para ellos sí son grandes problemas.

El poste se hizo largo pero lo terminé, y el Windows ni miras de haber terminado de instalar.